Economía, sociedad y cultura de Al-Andalus

1 Economía de Al-Andalus.

Las características más importantes de la economía islámica son:
– Es esencialmente urbana: tiene como centro el desarrollo de las ciudades y de las profesiones que el crecimiento urbano lleva consigo, es decir, la artesanía y el comercio.

Las ciudades existentes desde la época visigoda recibieron nueva vida. Los centros de importancia, entre los que se puede señalar: Córdoba (con un gran número de habitantes), Sevilla (comarca fértil y bien situada con relación al comercio norteafricano), Algeciras, Málaga, Granada, Murcia, Valencia, Mallorca, Mérida, Badajoz, Toledo, Zaragoza.

Casi todas las ciudades estaban amuralladas y poseían una mezquita cerca de la cual se sitúa el zoco o barrio comercial. Fuera de las murallas quedan los arrabales. El Zoco es el mercado permanente o periódico que puede tener lugar en cualquier calle, aunque generalmente se realiza en las plazas y sobre todo en las proximidades de la mezquita mayor de cada ciudad.

– La agricultura era otro de los pilares de la economía de Al-Andalus. Introdujeron nuevos cultivos como la berenjena, la alcachofa, la endibia, el espárrago…, y nuevas frutas como la granada, el melón y los albaricoques. Flores como el alhelí, la rosa, la madreselva y el jazmín. Probablemente la caña de azucar, aunque conocida desde antiguo,  también fue popularizada, y mejorado el método de extracción del azucar. Muchos de los cítricos que conocemos entraron en la península vía Al-Andalus. Además, mejoraron los sistemas de regadío y las acequias romanas, aprovechando mejor la siempre escasa agua. 

El tráfico de esclavos. De diferentes orígenes – oriente medio y el este de Europa, mayoritariamente- se exportaron a Al-Andalus en gran cantidad para después venderlos a los gobiernos musulmanes del norte de áfrica o la península arábiga.

Otra fuente de ingresos importantes fueron las aceifas como hemos comentado anteriormente.

2. La sociedad del Al-Andalus
La clase dirigente estaba formada por nobleza árabe, procedente generalmente de Siria y Arabia. Como soldados estaban los bereberes. Existían también numerosos judíos, comerciantes y artesanos, respetados hasta la dominación almorávide y almohade.
La sociedad hispanorromana se distinguía por la religión: los muladíes aceptaron la religión musulmana; los mozárabes continuaron siendo cristianos.
Veamos algunas de las características de estas comunidades:

Los musulmanes: Árabes, Bereberes y Muladíes (conversos)

Resto: Los mozárabes, los judíos y los esclavos

  •  Musulmanes.
    Desde el primer momento existió una doble disputa dentro de la comunidad musulmana: por un lado los árabes que se disputaban el poder entre los qaysíes de Arabia, los sirios y los yemeníes; y por otro lado los bereberes (norteafricanos y recientemente convertidos al Islám) que se insubordinaron continuamente contra los árabes reclamando más protagonismo en la conquista y posterior dominación, cansados de ser solo usados por los árabes como mano de obra militar (de hecho los bereberes llegaron a crear pequeños reinos bereberes dentro de Al-Andalus). La tensión entre la cúpula árabe y los bereberes se reprodujo a lo largo del periodo.

 

  • Los Muladíes
    Hispanos convertidos al Islam que participaron activamente en las revueltas que se desencadenaron contra el poder cordobés durante el siglo IX. Entre ellos pueden distinguirse dos grupos:
    – La nobleza witizana, mantiene sus propiedades y no tarda en aceptar la nueva religión cuando la considera un medio de asegurarse su estatus.
    – La masa de siervos, colonos y pequeños propietarios que se adhieren al Islam con la esperanza de mejorar económica y socialmente.
    Las conversiones fueron numerosas entre los trabajadores del campo, antes de la invasión ya vivían bastante abandonados religiosa y culturalmente por el clero visigodo, eran prácticamente paganos, por tanto les que daba igual una religión que otra. Más difícil fue entre la gente de la ciudad más cristianizados.
    Los Muladíes, como decimos, fueron un factor importante de oposición al régimen musulmán, pues no disfrutaban de los mismos derechos que los musulmanes “viejos”, es decir: árabes y bereberes. Motivo éste por el que se rebelaron en varias ocasiones, incluso a mediados del siglo X pusieron en serio peligro el dominio árabe del emirato hasta que Abderramán III logró controlar la situación. 

 

  • Los Mozárabes
    Son los cristianos en la zona musulmana de Al- Andalus. La palabra significa algo así como «el que vive al lado del árabe». Viven como los musulmanes, hablan árabe, visten ropas similares, incluso llegan a no comer cerdo; pero siguen siendo católicos. En un principio están tolerados, aunque tienen que pagar impuestos extraordinarios de los que estaban exentos los musulmanes. En los siglos IX y X se produjeron campañas de conversión al Islam. La relativa tolerancia religiosa concluye con la llegada de los Almorávides y Almohades, momento en el que los mozárabes tienen que optar entre la conversión o el éxodo al Norte donde se encuentran los reinos cristianos.

 

  • Los judíos
    Están sometidos a las mismas normas que los cristianos, pero con más privilegios por su colaboración inicial con los musulmanes. Con la llegada de Almorávides y Almohades, sufrieron igualmente el extremismo islámico. Además de ocupar puestos en la administración, fueron mercaderes, artesanos especializados, médicos, filósofos, hombres de letras. Algunos desempeñan misiones de gran importancia como el médico-poeta-diplomático Abu Yusuf.

 

  • Los esclavos
    Eran traídos de diferentes lugares de África y del este de Europa y eran vendidos dentro de Al-Andalus para el trabajo agrícola, para los harenes de mujeres, eunucos, servicio doméstico y de proporcionar soldados al ejército. Pero también se vendían para otras naciones árabes.

 

3. Cultura y vida cotidiana

La lengua árabe tenía el prestigio de la alta cultura y el refinamiento. No sólo estudiaban árabe los musulmanes, también los propios mozárabes, acabaron expresándose y escribiendo en este idioma. Lo mismo que los judíos.  En la mayoría de los casos (pueblo llano) era bilingue o semibilingue. 

La educación y el saber tuvieron gran importancia. Hicieron traducir las principales obras del saber greco-latino. En Al-Andalus se introdujeron las traducciones al árabe de los filósofos griegos, en especial Aristóteles. De este modo, la filosofía griega, olvidada en la Europa medieval, es redescubierta gracias a las traducciones que se hicieron de los textos árabes. Como pensadores destacaron Averroes y Mahomenides.
El estudio de la historia tuvo un especial interés, se escribieron numerosas obras históricas, y también sobre datos geográficos, sociológicos, y biográficos. Hay constancia de que existieron numerosos historiadores y geógrafos en Al-Andalus, aunque muchas de sus obras se han perdido.
Estudiaron las matemáticas, la astronomía, la medicina, la botánica y la agronomía, pero también otras ciencias más reprobadas por la ortodoxia como la astrología, la alquimia y la magia. Los movimientos de las estrellas y los planetas fueron comprendidos por medio de sofisticados astrolabios, se avanzó en el estudio del álgebra y la aritmética, cuyo precursor fue el oriental al-Jwarizmi (de ahí viene el término logaritmo), y se perfeccionaron, en medicina, las teorías de Hipócrates y Galeno. La medicina tuvo su máximo exponente en Averroes y los hermanos Harrani, Todos ellos influyeron de un modo determinante en la Europa y sus textos fueron estudiados, hasta bien entrado el siglo XVII, por sabios como Miguel Servet, Copérnico, Nicolás Massa o Galileo. Pero de nuevo toda esta riqueza cultural se vio truncada con la llegada de las tribus extremistas de almorávides y almohades. 

Vida cotidiana
Se creó un nuevo tipo de sociedad urbana, al tiempo que se revolucionó las tareas del campo, (como hemos dicho antes). El núcleo urbano era la medina, de casas muy juntas, que, a su vez, se organizaba en dos zonas: la comercial y la vecinal. El zoco era la zona comercial: un lugar de encuentro, sobre todo masculino, en el que se realizaban las transacciones.
Las viviendas tenían un aseo, la ciudad se modernizó con el alcantarillado y el alumbrado (ambos términos como podemos observar provienen del árabe). Algo extraordinario teniendo en cuenta que hablamos de los siglos IX y X. Los baños públicos eran muy numerosos; tanto, que en la Córdoba califal llegaron a existir más de seiscientos.

Léxico
Dejaron un gran número de palabras, recordemos algunas de uso común como: alfombra, atalaya, aceite, aceituna, acequia, albañil, alcalde, alcantarilla, alcoba, alcohol, álgebra, algodón, almohada, alquimia, azotea, azúcar, azufre, azulejo, berenjena, cifra, hazaña, jarra, jarabe, jinete, laúd, limón, naranja, sandía, tabique, tambor, taza o zanahoria.

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